Anecdotas de un granadino en Aragon

A mitad del mes de Mayo estuve de visita por Aragón. El motivo principal de mi viaje, como es de esperar, era acercarme a Huesca a estar con María del Pilar, pero aprovechando que unos compañeros de trabajo estaban en Zaragoza, también me acerqué por allí para trabajar un rato y aprovechar la estancia. Asimismo, la principal ventaja de esto era poder acercarme desde el miércoles y que la universidad se hiciese cargo de los gastos...excelente!

El jueves fue una mañana intensa de trabajo, aunque parezca mentira. El problema fue el viaje de ida de Huesca a Zaragoza, despues de haber desayunado demasiado deprisa, el viaje en autobus fue un tanto angustioso. Una vez cogí la postura no pude siquiera moverme por no liarla. En resumen, durante todo el viaje me estuve acordando del temazo del Reno Renardo "Ni una sola parada".

Pero aparte de eso, como iba contando, tras una dura mañana de trabajo y programación, nos sentamos durante la sobremesa a ver tranquilamente Saber y Ganar (comentando por supuesto que Jordi Hurtado está muerto...) y a continuación nos pusimos al día de los videos míticos del youtube

El viernes ya estuve todo el día en Huesca, por lo que aproveché para acompañar a Pilar a una entrevista en Radio Huesca. Al principio uno está un poco nervioso por aquello de salir en la radio, pero como no era yo el que tenía que hablar, estaba tan agusto. Nos pusieron en el claustro de un museo allí comodamente sentados y nos hicieron algunas preguntas típicas de salir del paso sobre qué tal las clases en la escuela y todo eso. Fue rápido y entretenido, una experiencia para contar a los nietos :)

Por la noche estuvimos de cena con la gente de la escuela, y la verdad que fue bastante entretenido, pese a que a mi habitualmente me cuesta acoplarme a gente nueva de primeras. La única nota negativa, el frío que hace, que tenía las pelotas como dos conguitos, jejeje. La nota graciosa fue el "macrobotellon" fin de estudios en el que había, como es natural, bastante menos gente y ambiente que cualquier finde en el botellodromo de Granada. Pero bueno, si los oscenos son felices así...


Al día siguiente aprovechamos el buen tiempo predominante (cosa rara, sobre todo por el frío del día anterior), para dar una vueltecilla por el parque y tomarnos un helado. Pese a que insisti al camarero que me trajese un batido normal, de botellín, no de helado, al final me puso un batido de helado de esos de 4 euros, pero bueno...qué le vamos a hacer. Lo curioso del día fue la macrobotella de coca-cola que por supuesto luego daba bastantes gases, jejeje.

Pero bueno, muchísimo más arte tuvo la señora con la pinza de la ropa todavía puesta en la cazadora. Yo cuando aprecié el detalle, tuve que quitarme las gafas de sol y acercarme a la escena para poder creermelo de verdad, porque me parecía simplemente increible. Lo que nos pudimos reir ese día a su costa...pobre mujer! Aunque sinceramente lo peor fue que ninguna de sus amigas tuvo la simpatía suficiente para avisarla...qué malajes!

Luego por la noche, despues del futbol (quien me mandaría a mi ver al Madrid con lo mal que estan) y saber que Noruega se llevaba Eurovision y que casi quedamos ultimos (por qué no le darían 1 puntito más a finlandia...me cago en la mar) salimos un rato a tomarnos unas cervecillas, con la grata sorpresa de encontrarnos una Alhambra 1925 allí en el bar. Sin dudarlo tuvimos que pedirnos una, porque está de lujo que te crujo (alijera que te cojo, corre que te arcanso).

Pero si hubo algo que me gustó de esa noche, fue la dupla que hicimos al futbolín Pilar y yo, machacando a todos los oscenos y levantando ampollas y envidia por doquier. Creo que la causa de la victoria, aparte del grandisimo entrenamiento que tenemos detrás, fue la mano que marcó casi todos los goles, la mano "Death" pintada de una sentada por Pilar :)

El domingo fue el triste día de la despedida, pero nunca pensé que la vuelta a casa fuese tan movidita. Pilar me hizo compañía en la estación hasta que saliese el tren, así que por lo menos no estuve tan aburrido. Así que pudimos aprovechar para echarnos una foto con la vaca del tarot, que fue el punto del día.

Los problemas comenzaron a la hora de subirme al tren. La mala costumbre de comprar el billete con carnet joven y olvidarlo en casa, hizo que tuviese que ir a taquilla a última hora, con el hombre tomandoselo con calma y el tren a punto de salir. Al final llegué tiempo al embarque, pero cuando no encontraba mi vagón empecé a preocuparme. Le pregunté a un hombre que había allí y una vez que miró mi billete me comentó con voz seria: "es que este no es tu tren, si no el que está justamente en la via de al lado". El problema fue cuando me di la vuelta y vi al tren arrancando con las puertas cerradas y marchandose...se me vino el mundo encima.

Afortunadamente me atendieron muy bien y me cambiaron el billete por un pequeño plus para un viaje hasta Madrid y de Madrid hasta Antequera. Total, solo llegaba 4 horas más tarde...menuda jodienda.

Así que estuve allí aburrido un buen rato y teniendo que hacer una maldita escala en Atocha, lo que hubiese sido un horror de no haberme encontrado con todo el equipo del Real Madrid de baloncesto, que iban camino de Barcelona a jugar con el Juventud. No desaproveché la ocasión y me hice una foto con mi idolo Felipe Reyes.

Ya por fin cuando llegué a Antequera no me lo podía creer. Sin embargo mis penurias siguieron a la hora de pagar el parking, puesto que no tenía suficiente suelto y la puta máquina no aceptaba tarjetas, así que tuve que sacar dinero con la comisión correspondiente... Y si eso fuera lo único malo, luego también estaba la gracia de que el cajero me devolviese un billete comido de mierda (con algo parecido al chocolate...espero que fuese chocolate pegado) que la máquina tampoco aceptaba...así que tuve que ir a cambiar a la cafetería.

Afortunadamente esa fue la última incidencia del viaje, puesto que la vuelta en coche fue sin problema ninguno y sin duda nunca fue tan gustoso volver al hogar, jejeje.

En fin, esa fue mi increible experiencia, en tan solo 4 días, llego a estar una semana y ya ni te cuento!